Haciendo el guiri de día



Aunque el tiempo no está siendo maravilloso, por ahora la lluvia no ha variado nuestros planes y cada día hemos tenido algún ratillo de sol. Aquí el cielo gris parece ser la tónica dominante, tampoco hace mucho frío y una manga fina solventa la papeleta.

El primer hotel que hemos reservado está bastante mejor de lo que pensábamos (casi lujoso para nuestras expectativas) así que es probable que en un par de días nos cambiemos y nos vayamos a algún backpacker a intentar ¿ahorrar? un poco.

La verdad es que la ciudad en sí no tiene gran cosa para ofrecer. No lo digo peyorativamente sino que las ciudades de los países anglosajones “nuevos” no tiene mucho…por eso, cuando un ianki se da una vuelta por Toledo se piensa que está en un cuento de los hermanos Grimm! Aunque sabemos que en las ciudades del Este será diferente.

Darse un paseo por el centro, ir a la parte vieja (aunque doy fe que la peluquería de la estación de Sant Cugat tiene más años), andar por la parte más chic de la ciudad, un parque de la hostia muy cerca del downtown…lo típico vamos.

Eso sí, el parque (Stanley Park es precioso) y hemos alquilado unas bicis eléctricas (que gusto en las subidas) para acabar haciendo más kilómetros que una etapa del tour. Y luego, montados en las bicis, hemos ido por un puente que cruza la ciudad y en una semi-autopista de cuatro carriles, haces señas con el brazo para coger un desvío y todo el mundo frena y nadie te pita...es muy exagerado lo cívicos que son. Pero mucho.



El parque está bañado por el mar y hay unas mareas bastante bestias.


Ese Schleck!


Se ve que hay amigos sueltos por el parque...aunque nosotros no nos hemos cruzado con ninguno.

También hemos subido al típico mirador que te permite hacerte a la idea de cómo es la ciudad. Y aunque no es muy grande – creo que tiene unos 600.000 hab - lo que realmente destaca (a parte de la clavada por subir al mirador de los huevos) es que la ciudad da al mar - el estrecho de Georgia es precioso - pero también está rodeada de montañas que llegan casi a la costa. Sí, ya se, estaréis pensando: pues igual que en Barcelona! Pues no, porque las montañas de aquí son de verdad, con nieve en los picos y tal…y en Collserola (excepto en contadas ocasiones) la única nieve que hay está en los coches de los cholos del mirador.




Resumiendo, como se ve en esta foto, estamos de un estresao...



Que duro que es cervecear delante del mar!

No hay comentarios:

Publicar un comentario