Estando en el centro, la oferta de ocio nocturno entre semana se reduce a unos cuantos locales bastante lamentables.
El turismo de gente joven que hay por aquí (y que sale de noche) es sobretodo gente que viene a aprender inglés. O sea: procedencia de lo más diversa, edad entre 18 y 22 años y un nivel adquisitivo elevado.
Resultado: puñados de jóvenes ultra-hormonados y alcoholizados en donde ellos bailan así como entre Príncipe de Bel Air y flipao-que-te-meto-un-puñetazo; y ellas entre stripper de local de carretera de la frontera de Bielorusia y si-mi-padre-me-ve-así-vestida-me-encierra-pa-siempre.
Pero todo y que las únicas canas del local sean las de mi sien derecha, el par de noches que hemos salido nos lo hemos pasado de puta madre (la veteranía nocturna son 2 grados). El alcohol que sirven los locales es malo de cojones pero a nadie (y menos a nosotros) parece importarle.
Y así, después de una larga noche de pseudo-desenfreno rodeados de espinillas andantes, nos vamos a……..ver orcas!
A alguien se le ocurre una manera mejor de disfrutar de un estado algo resacoso que en la cubierta de un barco a merced del vaivén de las olas y muerto de frío?!?!?!
Seguiremos contando.
PD: La MPAA nos ha prohibído colgar fotos...
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