Vancouver, una ciudad donde se debe vivir de narices



Nuestras primeras impresiones de Vancouver han sido bastante buenas.

Es una ciudad muy anglosajona, que vive muy abierta al mar y donde la gente parece extremadamente feliz. El civismo y la educación del ciudadano medio con el que hemos interactuado es exagerado. A la que sale el sol, todos cogen la bici, el perro o lo que sea y se van al paseo para hacer deporte.



La verdad es que eso se nota porque son gente guapa; o sea…que todas las tías están muy buenas vamos! Ellos imagino que a quien le gusten los hombres pensará lo mismo, pero a mí, ver a un pseudo Robert Pattison con una esplada como un armario, de ojos verdes y con una sonrisa tan grande como blanca, no me produce mucha emoción…a veces me pregunto si los antepasados de los españoles eran pigmeos porque por el mundo corre cada torre de tío y ni uno es español.

Y no creo que se deba a la alimentación que llevan porque los restaurantes “típicos” canadienses que vemos por aquí sirven sushi, noodles y hamburguesas gigantes. Aunque si buscas (y pagas) hacen ensaladas maravillosas.

Sinceramente creo que la explicación a tanta felicidad y vitalidad es que el salario mínimo interprofesional de este país debe estar por las nubes…y así cualquiera.


Aquí una clara señal de la pasta que tiene la gente

Esto se refleja mucho en el tráfico. Todo el mundo va con unos cochazos de la hostia. Aquí pocos Mercedes no son AMG, las pick-ups parecen sacadas de un videoclip del Snoop Dog - tienen unos radiadores frontales dónde se podría jugar a ping pong - y estoy viendo mogollón de modelos que hasta ahora sólo los había visto en el Gran Turismo. Y claro, aquí, el que tiene un clásico…que los hay…nunca pensaba que vería el coche del Denzel Washigton en Training Day por la calle! Bueno, era un Montecarlo pero no el del 79 y también algo menos maqueao claro…

Un par de fotillos más




Besos y salud

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