Yo para ser feliz quiero un camión

Éste es el coche que conduzco en mi casa:


Estoy encantado con él porque era de mi abuela y me hace mucha ilusión conducirlo. Y también era uno de los coches más robados por el Vaquilla y sus compinches después de robar bancos así que tiene pedigree canalla…
Pues resulta que este pequeñín cabe entre los ejes del vehículo que hemos alquilado. Éste es:



Espectacular!

Nunca había conducido nada tan grande ni por asomo. Tiene unos acabados de lo más lujoso y aunque estás conduciendo un tractor parece que lleves un Smart.
La verdad es que estamos encantados de haber alquilado esto para movernos y es simplemente grandioso cómodo aunque bastante sediento.

Pero lo mejor de todo es que el interior de la “vivienda” está muy bien diseñado y todo el espacio que tiene (que es mogollón), está aprovechado al máximo.
Y aunque después, cuando vas a un camping, ves que la gente tiene verdaderos palacios rodantes – largos como un autobús, con sala de estar y más de un lavabo – para mí el cambio es brutal. El vehículo que yo llevo no disfruta de ninguno de los adelantos que ha dado la automoción en los últimos 35 años y nuestro monstruo los tiene todos, y encima ruge, jeje. Da gusto como se zampa los quilómetros, aunque también los litros de Diesel. Por suerte, en este país la gasolina es algo más barata que en España (0,90 c. el litro de Diésel aprox).

Da que pensar que en Canadá la gasolina sea barata y la cerveza cara; y en España la gasolina es muy cara y la cerveza muy barata…en el Lidl es más barata que el agua.

Y ahora…a hacer cámping! Un lujo para alguien que se pasa el día delante del ordenador tirando renders y trimando planos…

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