Vive le Quebec!


Y de pronto estamos de nuevo en Europa! Es curioso como en una noche de autobús parece que hayamos volado 6.500 km. hasta el corazón de París. De repente vuelve a haber callejuelas, los cafés son de menos de medio litro y se come mucho mejor…incluso las iglesias tienen campanas! Ya no son casitas dedicadas al “séptimo advenimiento del nacimiento del baptismo anglicano” ni nada raro. A ver, que para mí todas las iglesias son Madrid y Español, pero visualmente estoy más acostumbrado a éstas.


La verdad es que Quebec nos ha encantado! Me refiero a la ciudad vieja, claro…por fin las distancias son cortas y se puede callejear. En los restaurantes se come muy decentemente (aunque sigue siendo caro, por el mismo dinero comes mejor).


Eso sí, también se aprecia el cambio de actitud de la gente. De pronto la gente es mucho menos amable que en el oeste, lo que me hace plantearme unas preguntas: es que el peso de la historia y la cultura sobre nuestros hombres nos vuelve gilipollas? Será que son muy franceses? Como dijo el gran sabio de nuestros tiempos:
- Si llego a saber que funciona, apunto pá Francia!

Una de las cosas que me sorprendió del oeste es que realmente las dos lenguas se nota que son co-oficiales. Cualquier cartel, aviso, etc…mínimamente largo está escrito tanto en inglés como en francés. Aquí, en Quebec, todo está en francés, claro, pero no todo también está en inglés…y a ellos les cuesta horrores decirte las cosas en el idioma de la Reina Isabel II (aunque saben como hacerlo perfectamente).

Hemos tenido mucha suerte porque este finde eran las fiestas de Quebec City: follón por la calle, mercado medieval, etc…así que hemos estado de lo más entretenidos ya que había multitud de “eventillos” callejeros bastante atractivos.

Incluso hemos podido disfrutar de forma gratuita de un espectáculo del Cirque Du-Soleil (o como se escriba). Están tres semanas de verano, de martes a sábado, con un espectáculo muy chulo. Supongo que en Barcelona pagas 50 € por estar a tomar por saco del escenario para que los vecinos de sus jefes puedan ir gratis en verano…El espectáculo estuvo a la altura de lo que me esperaba (nunca había ido a verlos). Con lo que adoro el audiovisual, podría estar hablando horas sobre el show pero sólo diré que como todo lo que yo había visto de ellos en varios videos: escenografía muy integrada con el entorno, buenos números, transiciones muy finicas y Barcos de muchos lumens.

De paseo por ahí:


Y esto es un hotel muy famoso que según la guía, es el más fotografiado del mundo. Señor Lonely Planet! Queremos datos contrastados!


Lo bueno de esta ciudad es que combina aspectos muy clásicos con otros de lo más modernos, aunque esto está a las afueras:


Las noches quebequenses también son de lo más moviditas. Lo resumiré diciendo que han estado a la altura de la vida diurna de la ciudad porque había un ambientazo de la hostia! Evidentemente, al coincidir nuestra visita con las fiestas de aquí, nos hemos llevado una impresión muy buena(s).

Respecto al alojamiento, también hemos tenido suerte ya que encontramos una pensión pequeña, y muy polvorienta, en el corazón de la ciudad vieja. La verdad es que la casa da miedo (aparte de ataques de asma) y la señora que la regenta también, así como su gato (al más puro estilo Salem). Pero era barata y tenía cocina y baño propio por apenas 4 €/noche más que otra mísera litera en un backpacker; así que hemos triunfao (alcohol namás).

Aquí una foto de la entrada


Aunque parezca lo contrario, la foto está tomada siendo de día así que ya se ve la escasa luz que hay.

Besos



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