Y hay quien se tiraba dentro de un barril…

Después de comparar precios y horarios para ir a las Catarátas del Niagra tanto en transporte público como a nuestro aire, y viendo que nos salía más barato, nos hemos decidido por visitarlas en un One-day-trip de esos que te recogen y te lo dan todo masticado…que a todos nos gusta que nos mimen hombre!

Así que después de una visita a un pueblo infame (que encima lo venden como la ciudad más bonita de Canadá, manda güevos) y una curso de cata de vinos que ha durado siete minutos y medio, nos han dejado en las famosas Cataratas. En el fondo son una frontera natural entre USA y Canadá, pero los zampa-mac-ratas deben estar contentos ya que todo el mundo cruza a Canadá para verlas (o sea, que el dinero se va pá fuera).


Pero como las queríamos ver de puta madre, nos hemos subido a un helicóptero y así obtener unas vistas realmente espectaculares.



La verdad es que el sitio es un poco bizarro. Ahí no debía haber nada en el pasado, y ahora han florecido muchas cosas: un Sheraton, un Casino, etc. Precioso vamos… Pero la verdad es que los dos saltos de agua son bastante impresionantes. Y desde arriba, las vistas con el río San Lorenzo, los rápidos y finalmente las cascadas, son preciosas.


Éste es el salto "pequeño":


Y aquí el grande…que lo es, y mucho.



Pero como en nuestro super pack adquirido a una compañía de lo más dudosa por Internet - aunque después ha respondido bien - nos incluía también un paseo en barco por debajo, nos hemos puesto otro disfraz



y hemos ido a mojarnos un poco en este barco.



Desde tan cerca el ruido es ensordecedor, y la vista, muy distinta, pero también espectactacular…aunque en el barco se vaya más apretado que en el metro en hora punta. Y encima, entre la mierda capelina y la humedad, en 10 minutos pierdes 10 kilos en sudor.

Aquí van unos fotos desde cerca:



Pues se han matao unos cuantos chalaos tirándose dentro de un barril...la gente está fatal!

Ahora, estamos viajando de noche (para ahorrarnos un alojamiento) desde Toronto a Québec en autobús. Lo malo es que si hubiera sido del tirón, pues bien; pero hemos tenido que cambiar en Ottawa a las dos y media de la mañana y en Montreal a las cinco. Una alegría vamos…

O sea, que mi galipandria + mojarme en las cataratas + 12 horas de gélidos aires acondicionados en distintos autobuses = el constipado que llevo me va a durar hasta las fiestas de la Mercè!

Cuando lleguemos a Québec será sábado así que utilizaremos el mismo remedio que con Álex en Banff a ver que tal…

Seguiré contando cuando pueda (o cuando encuentre otro bus con Wi-fi como éste).

Besos

No hay comentarios:

Publicar un comentario